Para la concreción de la mayoría de los procesos creativos, independientemente de la disciplina artística que se esté ejecutando, se hace necesario el desarrollo de una serie de actividades que en su conjunto permiten alcanzar un resultado final definido en un objeto de creación concreto. Estas actividades están vinculadas directamente a la forma de ser y concebir el mundo del artista que crea el objeto artístico en cuestión. Sin embargo son codificadas y definidas por otras personalidades e instancias vinculadas a la gestión y comercialización, quienes logran hacer de ese objeto de creación un “producto”, que irá cargado de todos esos referentes propios del imaginario del artista creador.
En el post de esta semana quisiera indagar un poco en todos esos procesos que mueven internamente a los creadores artísticos, en este caso de moda, y de cómo son traducidos en producto, punto de venta y modelo de negocio. Para ello utilizaré un ejemplo maravilloso de todos estos elementos como lo es el trabajo de la diseñadora mexicana de joyas Flora María, que tiene su tienda en Madrid, en la calle Almirante número 6.
Pero empecemos por el principio:
Dentro de todo proceso creativo se suele partir de la definición detallada de un Concepto Estético, que se trata de la construcción de un universo visual-referencial único y personal del artista o diseñador, que está cargado de una serie de valores, imágenes, referentes, vivencias, visiones, identidad, etc. que representan el espíritu creativo del diseñador. Este concepto estético, en el caso de la moda tiene dos connotaciones: una amplia, que constituye “el sello” del diseñador y está definida por esos elementos que lo caracterizan como artista y lo diferencian del resto, que además estará presente en todos los trabajos que realice; y una concreta directamente relacionada con la temática y los elementos estéticos que se escojan para cada colección o temporada, que responderá a necesidades concretas del mercado, el clima, las tendencias, las necesidades del artista/diseñador, etc.
En el caso de Flora María, la artista utiliza la Tierra como eje temático central de sus creaciones, con lo cual su concepto estético gira en torno a los valores y elementos que concibe como parte de la tierra: sostenibilidad, animales, amor por la naturaleza, flores, piedras naturales, tonos o colores marrones, verdes, rojizos, ecosistemas naturales, culturas humanas como parte de la tierra, etc. Su sello característico está en los materiales principales que utiliza para sus creaciones (plata oxidada y ámbar de Chiapas) y en el hecho de que sus colecciones son elaboradas y diseñadas por su equipo de trabajo conformado únicamente por mujeres, quienes crean piezas únicas bajo el eje conceptual que se trabaja en cada colección.
La artista suele trabajar por colecciones temáticas, que no se rigen por temporadas de moda o por los lineamientos de las tendencias, y es allí precisamente donde radica su principal atractivo: las piezas que crea no sólo son de una belleza estética sublime, sino que además están cargadas de contenido simbólico, puesto que sus formas, colores y elementos iconográficos representan la temática escogida para cada colección.
Flora María cuenta en la actualidad con ocho colecciones temáticas maravillosas: “Orquídeas” (inspirada en la flor que le da el nombre), “Vuelo” (con formas libres inspiradas en las aves), “Vida” (inspirada en los insectos y la naturaleza), “Océano” (inspirada en los seres marinos), “Raíces” (inspirada en el maíz como materia prima del hombre), “Equilibrio” (creada a partir de los dibujos infantiles de sus hijas, con temáticas relacionadas a los malabaristas, el árbol de la vida y las sonrisas), “Pasión” (inspirada en los sentimientos amorosos) y “Animales de Poder” (colección masculina, inspirada en los animales salvajes como símbolo de la personalidad del hombre) recientemente introducida.
El Concepto Estético, cuando se maneja como eje central del trabajo del diseñador, sobrepasa los límites de lo conceptual y se traduce en la realidad comercial de la marca de muchas maneras: se vuelve identidad de marca, y esa identidad se materializa tanto en el punto de venta como en todos los elementos de imagen corporativa creados para la marca, logrando así que se refuerce aún más el concepto que el creador y/o marca desea trasmitir.
En el caso de Flora María, esto se cumple a rajatabla: su tienda, su visual merchandising, la decoración, las texturas, los colores y elementos decorativos seleccionados para ambientarla, están cargados de todos los elementos conceptuales que componen la marca (conexión con la tierra, naturaleza, arte y valores conceptuales). Cada detalle, cada material, refuerza la identidad de la marca, haciendo la experiencia de compra mucho más interesante, ya que nos conecta no solo con el producto de una manera diferente, sino que nos hace formar parte del universo “Flora María”, lleno de espiritualidad, armonía y belleza.
Pero el concepto estético va todavía más allá… puede volverse modelo de negocio y símbolo de identidad cultural. Cada día son más frecuentes colaboraciones entre firmas o marcas de moda con causas sociales y benéficas de gran trascendencia, que en la medida que guarden relación con los valores internos de la marca, crean lazos mucho más fuertes con los que el consumidor o cliente de moda se identifica, lográndose una trascendencia total de ese universo conceptual originario que el diseñador/creador quiso compartir con sus clientes.
En el caso de Flora María, este planteamiento se produce de la siguiente manera: la firma mexicana está asociada en Europa con la empresa Otro Mundo es Posible S.L., dedicada a implementar nuevas formas de hacer negocio con una consciencia social y sostenible afianzada en valores como la pasión por la vida, la belleza y el arte, la honestidad y la trasparencia. En este sentido, 10% de los beneficios de la actividad de Flora María en España se destinan a proyectos sociales en el estado de Chiapas (México), con la idea de devolver a su tierra de origen una parte de lo que ella ha dado a la firma. Todas estas estrategias se corresponden perfectamente con el concepto estético fundamental de la diseñadora y su producto, reforzándose aún más el trabajo de la artista.
Hemos visto entonces cómo el Concepto Estético, cuando está arraigado en el trabajo del diseñador, en su punto de venta, su modelo de negocio y sus valores de marca, hace que un producto de moda se vuelva mucho más atractivo y fuerte en el mercado, diferenciándose de los demás, cosa que, en tiempos como los que vivimos donde la oferta de moda sobrepasa los niveles asimilables por el consumidor, se agradece y se valora profundamente, tanto desde dentro como desde fuera de la industria de la moda. Necesitamos proyectos y negocios de moda conceptualmente fuertes y éticamente comprometidos, que además de ofrecer producto de calidad, nos venda igualmente ideas y valores de calidad. Pienso que en ese camino iremos apuntando poco a poco.
Dentro de este contexto, trabajos como el de Flora María nos demuestran que una nueva realidad es posible. El haber podido conocer esta firma, a su creadora y formar parte de su universo ha sido para mí una experiencia maravillosa que no podía dejar de compartir con ustedes. Espero que haya despertado su curiosidad y que pronto puedan pasarse a conocer esta tienda llena de magia.
En el post de la semana que viene, a partir de todos los elementos que hemos trabajado sobre Concepto Estético haré una propuesta de Dirección de Arte de una actividad teatral para punto de venta, utilizando nuevamente el caso de Flora María como ejemplo. No pueden perdérsela!! Los espero en la segunda parte de El Concepto Estético en la Moda. Caso Joyería Flora María!!
Feliz Semana para todos!! Hasta la Próxima!!
P.D.: Por si les interesa ampliar más la información, les dejo los enlaces de Flora María
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