Siempre he defendido la idea de que moda y artes escénicas tienen más cosas en común de las que muchos imaginan, aunque en apariencia no sea así. Ambos mundos tienen una esencia y unas estructuras de funcionamiento y contenido tan distintas, que resulta casi imposible imaginar por dónde podrían enlazarse, sin contar además con el rechazo mutuo que se tienen (al menos en los círculos más eruditos de cada uno de ellos). Hoy quiero reflexionar un poco sobre uno de esos muchos puntos de conexión que observo entre moda y artes escénicas, específicamente moda y teatro.
No sé si por una necesidad personal de buscarle la quinta pata al gato, o por el hecho de tener formación tanto en diseño de moda como en diseño de vestuario, siempre he visto al consumidor de moda como un personaje teatral y viceversa: se trata de seres que necesitan vestirse en conformidad con una serie de códigos sociales y estéticos determinados por su época, y que a la vez tienen una serie de vivencias personales que influyen y condicionan su manera de vestir.
Podemos definir al Personaje Teatral como un “ser de ficción” esbozado por un autor dramático, cuya referencia es la naturaleza del ser humano; en este sentido, el personaje representa escénicamente una serie de características físicas, psíquicas y emocionales que el escritor de la obra desea trasmitir, las cuales unidas a la presencia y acción de otros personajes, en un tiempo, espacio y lugar creados para ello, trasmiten un discurso escénico concreto. Por otro lado, el Consumidor de Moda es la persona que consume o demanda una serie de prendas y complementos de vestir, en función de las condicionantes sociales, culturales, geográficos y económicas que le rodean; sus decisiones vienen determinadas por factores como el gusto personal, las tendencias en la moda, las costumbres, la ocasión, etc.
Quitando el hecho de que “el personaje” es una ficción que imita la realidad, y “el consumidor de moda” es un ser real (que algunas veces parece de ficción por sus acciones), ambos tienen en común una personalidad, un contexto socio-económico-cultural, así como necesidades y situaciones personales propias, que determinan su comportamiento, y en consecuencia sus gustos en el vestir.
Es evidente que un autor dramático no piensa en esto cuando crea un personaje ni cuando escribe un texto teatral; su propósito es mucho más complejo y responde a factores que no corresponde analizar en este post. Pero sí que es cierto que dependiendo de la interpretación que el Director de Escena haga de estos elementos, y de la manera en que el Diseñador de Vestuario caracterice a los personajes en su aspecto físico, va a depender la visión de la obra que se cree en el espectador, la manera en que éste va a codificar la serie de elementos que dramaturgo y director quieren trasmitir. En el caso de la moda, los códigos establecidos en cada época nos ubican en el tiempo y el espacio, creándonos el contexto referencial que necesitamos para entender la realidad, y en este sentido, el personaje teatral se vale también de esos códigos para situar al espectador en un universo escénico concreto.
Vemos entonces, que un vestuarista necesita conocer en profundidad el funcionamiento y los códigos de la moda en cada momento histórico; además debe conocer de morfología, de forma que busque la manera de favorecer al máximo al intérprete o actor que representará al personaje, y tener un tacto y una sensibilidad muy especial para tratar con los artistas, ya que son seres temperamentales y complejos. En realidad realiza un trabajo bastante parecido al de un personal shopper, solo que para personas de ficción representadas por personas reales, y con unos códigos estéticos no siempre correspondientes a su realidad. Por ello es importante que tenga formación tanto en historia del traje, moda, estilismo y diseño, como en artes escénicas, de forma que haga la mejor interpretación posible de las necesidades del texto dramático, de la visión del director de escena y de los requerimientos del equipo de producción.
Como no puedo abandonar mi lado creativo, les dejo a continuación un pequeño trabajo de estilismo inspirado en seis grandes personajes teatrales femeninos. Tomando sus características personales, su situación escénica y algunas referencias espacio-temporales de sus vidas, las he vestido a la usanza de nuestros tiempo pero conservando su sentido de personaje. Una prueba más de que el teatro puede inspirar grandes editoriales de moda. Ojalá les despierte la curiosidad por leer sus historias en las obras de teatro originales…todas son realmente maravillosas!!.
ANTIGONA
Obra: “Antígona”Autor: Sófocles
Situación del Personaje: mujer griega, hija de Edipo, que lucha por dar sagrada sepultura a su hermano muerto enfrentándose a las leyes tiránicas del rey de Tebas.
Características: valiente, moral fuerte, íntegra y firme
Autor: William Shakespeare
Situación del Personaje: doncella italiana enamorada de un joven de familia enemiga a la suya, que finge su propia muerte para escapar con su amante. El plan se tuerce y su gran amor se suicida al creer que ella ha muerto. Finalmente se suicida.
Características: apasionada, entregada a sus sentimientos
Autor: William Shakespeare
Situación del Personaje: mujer escocesa, esposa del noble Macbeth, dispuesta a planificar y cometer los más terribles crímenes con el único propósito de que su marido sea coronado rey. La locura y la muerte serán el castigo de sus actos.
Características: ambiciosa, despiadada y manipuladora
Obra: “Hamlet”
Autor: William Shakespeare
Situación del Personaje: mujer inglesa, prometida del príncipe Hamlet, que ante el cruel rechazo de este , producto de sus sed despiadada de venganza, enloquece y se suicida ahogándose en el río.
Características: espíritu puro, alma angelical, enamorada
Autor: Henrik Ibsen
Situación del Personaje: mujer noruega que tras intentar ayudar a su marido en la terrible situación económica y de salud en que se encuentra, descubre que éste en realidad no la valora ni considera sino que la ve como un objeto de su propiedad. Al final renuncia a todo en defensa de su integridad personal, abandonando a su marido y a sus hijos.
Características: luchadora, decidida, de espíritu noble, clásica.
Autor: Federico Garcia Lorca
Situación del Personaje: mujer española de moral rígida y carácter fuerte, que tras la muerte de su segundo marido decide para ella y sus 5 hijas el luto y encierro más riguroso, en defensa de las costumbres moral de la sociedad de su época. Sus hijas se revelarán contra sus normas.
Características: dominante, implacable, soberbia, fría
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