La presencia del estampado de lunares en la moda constituye un hecho reincidente cada temporada. Son considerados clásicos irrefutables, con una personalidad propia tan fuerte que aunque conviven con las tendencias más innovadoras, siempre los encontramos presentes en catálogos, pasarelas y escaparates.
Su historia se remonta a mediados del 1700, cuando la aristocracia comenzó a imprimir una serie de manchas en los tejidos que posteriormente en 1840 llamaría oficialmente “Lunares”. Desde entonces y hasta nuestros días, la popularidad de este tejido no ha parado, encontrándolo siempre presente en las colecciones de moda. Los hemos visto principalmente en vestidos, blusas, pantalones y jerseys de punto.
Dependiendo de cómo sean combinados con otras prendas, pueden sugerir looks completamente femeninos así como andróginos y masculinos. En las recientes temporadas P/V 2011 y O/I 2011-2012 los hemos visto presentes constantemente en pasarelas y tiendas; destaca en revistas y blogs especializados de esta temporada el uso de ellos que han hecho los diseñadores Marc Jacobs, Stella Mc Cartney y Paul Smith.
Saliéndonos del contexto de la moda, los lunares también nos remiten a una manifestación cultural típicamente española y patrimonio de la humanidad como lo es el flamenco. Como sabemos, el traje de flamenca es uno de los elementos más característicos y vistoso de este arte, y es usado tanto por artistas profesionales en su trabajo como por personas comunes para asistir a las diferentes ferias flamencas que se producen a lo largo del año en Andalucía. Los lunares y este tipo de traje eran usados originalmente por las mujeres de etnia gitana, antes de popularizarse su uso como parte del traje típico andaluz. El origen del atuendo se remonta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando las vendedoras acudían a la feria con los tratantes de ganado vestidas con modestas batas de percal adornadas con volantes. Enseguida, las clases pudientes copiaron el vestido de las trabajadoras del campo, y a partir de la Feria de Abril celebrada en el año de 1929, el traje se consagró como la vestimenta oficial para acudir al evento, tradición que se ha mantenido hasta la actualidad.
Este traje ha inspirado a numerosos diseñadores nacionales e internacionales en sus colecciones como Jhon Galliano, Tom Ford, Valentino, Yves Saint Lurent, Victorio&Lucchino, entre otros, y su uso ha ganado tanta fuerza que se han desarrollado pasarelas especializadas en moda flamenca como lo son la SIMOF (Semana Internacional de la Moda Flamenca) que se realiza todos los años en Sevilla y La Semana Flamenca de Jerez, que se produce en la ciudad de Jerez.
En lo personal, el “fenómeno lunares” en España me resulta muy paradójico: sabemos que el flamenco, al ser considerado como “folklórico” por muchos españoles (con excepción de los andaluces, que lo defienden a capa y espada), no goza de una aceptación y admiración masificada, sino que por el contrario muchas veces es rechazado como arte con todos sus elementos, entre ellos los lunares; sin embargo, cuando un diseñador internacional utiliza los lunares junto con los volantes como “inspiración española”, se despierta la identidad cultural nacional y se realza el valor estético de lo flamenco; suele criticarse la presencia excesiva de lunares en el flamenco, pero a la hora de comprar suele buscarse el último grito de las tendencias en lunares si la moda así lo exige… y así podríamos citar numerosas situaciones en la misma línea.
Partiendo de esta paradoja, si tuviera que hacer la puesta en escena de un desfile inspirado en la “Moda Lunares”, combinaría modelos con bailaoras de flamenco; su forma de bailar no sería la tradicional flamenca, sino que me iría por el estilo más contemporáneo de este arte (referencia: Joaquín Cortéz o Antonio Canales), y alternaría en las salidas baile y desfile, en una coreografía donde pasarela y espectáculo se fundieran en un solo recurso escénico.
La música sería el “Solo quiero Caminar” de Paco de Lucía en versión de Chano Dominguez (Pueden escuchar el tema en el reproductor a continuación)
Music Playlist at MixPod.com
Los looks de las modelos y bailarinas irían en esta línea:
Y finalmente, si tuviera que presentar este desfile en un espacio como la antigua pasarela de Cibeles, el espacio escénico del desfile sería algo así:
Como pueden ver, “lunares de moda” y “lunares flamencos”, aunque se mueven en contextos distintos pueden convivir escénicamente, creando un contexto común. Una vez más moda y artes escénicas siguen abriéndonos su portal de posibilidades. Sólo es cuestión de abrir los ojos de la imaginación y soñar!!
Hasta la próxima! Feliz Semana!!
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