Suele pensarse que el diseño de Vestuario Escénico funciona por procesos completamente ajenos al Diseño de Moda. Muchas veces se ve lo
teatral como exagerado o alejado de la realidad, mientras que la moda se ve
como comercial y ponible, asociada a las tendencias y la vida actual. El hecho
es que, lejos de lo que se piensa, cada vez más la moda se vuelve una herramienta
de mucha utilidad y valor para el vestuario escénico. Sabemos de casos como el
del bailaor Joaquín Cortes, que en su momento contó con diseños de vestuario de
Giorgio Armani, e incluso de muchas colaboraciones de diseñadores de moda con
grupos de teatro y proyectos cinematográficos que pueden confirmar este
planteamiento.
Es una tendencia cada vez más vigente dentro del
medio escénico el hecho de descontextualizar las obras de teatro de la época
originaria a la que hacen referencia en el texto dramático. En este sentido,
podemos encontrar obras que si bien hablan de situaciones y personajes muy
antiguos, son presentados de forma actual y contemporánea, con la idea de
acercar los conflictos y los planteamientos ideológicos que los autores quieren
plantear a la realidad que vivimos en tiempos presentes. Para reforzar más este
tipo de propuestas, la estética visual y la Dirección de Arte juegan un papel fundamental, y dentro de este
contexto el vestuario escénico ayuda a completar no sólo la puesta en escena
sino el concepto psicológico de los personajes. Es entonces cuando la moda
puede aportar mucho al medio escénico, como una herramienta para acercar a la
actualidad los perfiles psicológicos de los personajes, con propuestas llenas
de estilo, modernidad y fuerza.
Siguiendo este orden de ideas, y la línea editorial sobre el 080 Barcelona Fashion que iniciamos en
el post anterior, he querido hacer dos propuestas visuales para dos obras de
teatro que me gustan mucho y que son completamente opuestas, en las que los
diseños de Otoño/Invierno 2013-2014 de CeliaVela y de Miriam Ponsa podrían
ser el vestuario descontextualizado perfecto para los personajes de estas
historias.
“Leonce y Lena” de Georg Büchner
Esta sátira irónica escrita en 1836, cuenta la historia
del cómo el príncipe Leonce del reino de Popo, huyendo de un matrimonio
impuesto por sus compromisos reales, se
encuentra con el amor de su vida, la princesa Lena del reino de Pipi, que
también huía de un matrimonio impuesto por su condición de monarca. Ambos se
enamoran perdidamente sin saber que el uno y el otro eran las parejas que sus
padres habían comprometido en matrimonio respectivamente entre sí. Al
descubrirlo, ya al final de la obra,
deciden seguir juntos como matrimonio y luchar por mejorar las leyes de su
reino para que no pasen estas cosas nunca más.
Si bien la historia es muy sencilla e incluso naif,
destaca el humor negro y la ironía que utiliza para hacer una crítica al
excesivo control que las instituciones ejercen sobre los individuos. A nivel
estético esta obra suele representarse descontextualizada, en espacios
indefinidos, mezclando estilos y épocas
tanto en el mobiliario como en el vestuario, pero siempre sugiriendo por un
lado el carácter noble de los personajes, y por el otro cierto aire circense o
exagerado, para marcar más el tono irónico de la obra.
La colección O/I 2013-2014 de Celia Vela sería una interesante propuesta para el vestuario de esta obra, puesto que tiene ese estilo elegante y rompedor a la vez que podría ayudar a definir muy bien la psicología de estos personajes.
“La Casa de Bernarda Alba” de Federico Garcia Lorca
Esta tragedia insigne del dramaturgo español escrita en 1936, cuya historia transcurre a principio del siglo XX en la llamada “España Profunda”, cuenta la historia de cómo Bernarda Alba tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años, condena a sus 5 hijas así como a sus criadas a vivir los siguientes 8 años de su vida en el más riguroso y estricto luto, y cómo las pasiones femeninas internas pueden romper esas barreras desencadenando los más terribles acontecimientos.
Destaca el ambiente rural y doméstico a la vez que
describe la obra, donde los valores rígidos y el papel anulado de la mujer en
la sociedad de la época, crean una forma de vida densa y lenta que marca el
carácter y las vivencias de las personas significativamente. A nivel estético,
esta obra se suele presentar de dos formas: o totalmente literal, creando los
espacios y detalles de la época, o de forma más descontextualizada y
alternativa, donde se refuerzan los ambientes psicológicos más que su
representación física. Siempre destaca la presencia del negro absoluto y la
sugerencia del frío o la vida rural.
Si bien la colección Otoño/Invierno 2013-2014 de
Miriam Ponsa conceptualmente hace referencia a la vida pastoral y campestre, su
estética podría encajar perfectamente con la de esta obra, creándonos unos
personajes más actuales y llenos de esencia. Creo que sería ideal para una
puesta en escena de esta obra que quisiera ser rompedora y contundente.
Como reflexión final, recordemos que entre más atrás
históricamente en el tiempo se va una representación escénica, mayores gastos y
complejidades a nivel de Dirección de Arte y Estética acarrea consigo. Esta,
unido a los tiempos de crisis tan duros que vivimos en la actualidad, es una de
las principales razones por las que cada vez más se hacen montajes de teatro en
ambientes descontextualizados conceptual, visual y estéticamente. En AFModa consideramos que esta realidad representa una oportunidad muy
interesante para los diseñadores de moda, abriéndoles nuevos caminos de
exploración creativa y artística para explorar. El mundo de las artes escénicas
está allí… sólo necesita ser explorado por sectores potentes como la moda.
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