Esta semana quiero retomar un tema que para mí resulta apasionante:
el concepto estético. Puede pasar el tiempo, puedo acercarme o alejarme de el
por circunstancias personales y/o laborales, pero es un tema que siempre forma
parte de mi ejercicio profesional y que de vez en cuando merece algunas líneas
en este blog.
Como he comentado en post anteriores, el concepto
estético es ese universo visual-referencial que un creador construye en torno a
su trabajo o en torno a una temática que quiera desarrollar. Está compuesto por una serie de imágenes,
valores, referentes, etc. que representan el sello de un artista o de una
marca, sufriendo pequeñas variaciones en función de las tendencias (cuando se
consideran) pero que se mantiene integro en sus bases. Su aporte más importante
es que crea una identidad a partir de la cual se pueden desarrollar infinidad
de proyectos y propuestas que permitan darla a conocer y reforzarla ante los
demás. Dentro de este contexto, la figura del director de arte es fundamental,
ya que será el encargado de decodificar los elementos que componen el concepto
estético y traducir sus contenidos en una producción audiovisual, de forma que
trasmita al mundo la cosmovisión del artista, la marca y el entorno de la
creación artística en cuestión, atrayendo la atención del público y generando
conductas variadas (acciones de compra, fidelización, admiración, identidad,
etc.).
Parte del trabajo de decodificación y/o creación de un
concepto estético parte de la base del desarrollo de un mapa conceptual o
"tormenta de ideas", en el cual se recogen todos esos referentes que
se corresponden a un artista, temática, marca, etc., que constituye la base o
punto de partida para la creación de propuestas de la más diversa índole en
función de los objetivos que se persiguen. En el caso de la moda, esta
herramienta funciona para muchas cosas: para un escaparatista de moda, permitiéndole
acumular elementos estéticos para componer su escaparate; para un director de
arte de moda, permitiendo planificar y dirigir estéticamente una producción de moda;
para un estilista de moda, dándole herramienta para sus propuestas visuales e
ideas para sus shootings; para un responsable de comunicación de moda,
facilitando elementos que puede utilizar en la elaboración de su campaña y sus
estrategias de promoción; y en esta línea, todas las actividades vinculadas a
la parte visual y promocional de las actividades de la industria de la moda.
En la medida en que el concepto estético este más
definido, y que contemos con un mapa conceptual claro y bien estructurado,
contaremos con mas herramientas para desarrollar propuesta visuales y estéticas
innovadoras y de contenido para la moda. Todas las estrategias de marketing
asociadas a la imagen se sustentan en el concepto de marca y la identidad que
crea. En este sentido, y más aun en el sector de la moda, se hace necesario que
los que trabajamos con la imagen y la conceptualización contemos con bases
solidas para realizar nuestro trabajo. El mapa conceptual dentro de este
contexto nos resulta de gran utilidad. La estética y las propuestas innovadoras
van más allá del producto de moda ; los creativos somos los que llevamos todo
el universo que hay detrás al público, y con nuestras propuestas creamos
vínculos que unen al público con la marca.